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Orgullo y Prejuicio: Resumen, análisis y frases

Publicado el 15 mayo 2025

Tiempo de lectura: 9 minutos

Orgullo y Prejuicio, obra maestra de Jane Austen publicada en 1813, es una de las novelas más aclamadas de la literatura inglesa. A través de una prosa elegante y una perspicaz ironía, Austen nos sumerge en la Inglaterra rural de principios del siglo XIX, ofreciendo una aguda crítica social envuelta en una historia de amor inolvidable. En este trabajo se presenta un resumen de la historia, un análisis de sus principales enseñanzas y una recopilación de las frases más significativas que han tocado el alma de millones de lectores desde hace más de dos siglos.

Resumen

La historia comienza con la llegada de Mr. Charles Bingley, un joven adinerado y soltero, a Netherfield Park, una propiedad cercana a la residencia de la familia Bennet. Esta noticia causa gran revuelo en la señora Bennet, quien ve en él una oportunidad perfecta para casar a alguna de sus cinco hijas.

Durante un baile en Meryton, Jane Bennet, la mayor de las hermanas, conoce a Bingley, quien queda inmediatamente cautivado por su belleza y dulzura. Por su parte, Elizabeth Bennet, la segunda hermana, tiene un desafortunado encuentro con el amigo de Bingley, Mr. Darcy, un hombre extremadamente rico pero orgulloso, quien se niega a bailar con ella y la describe como «apenas tolerable». Este comentario escuchado por Elizabeth marca el inicio de su prejuicio contra él.

A medida que Jane y Bingley profundizan su relación, Elizabeth y Darcy se ven forzados a interactuar. Elizabeth conoce a Mr. Wickham, un apuesto oficial que le cuenta una historia sobre cómo Darcy lo despojó de su herencia, reforzando así su mala opinión sobre el caballero.

Mientras tanto, Mr. Collins, primo de las Bennet y heredero de su propiedad (debido a las leyes de vinculación que impedían a las mujeres heredar), visita a la familia con intención de casarse con una de las hermanas. Tras ser rechazado por Elizabeth, rápidamente propone matrimonio a Charlotte Lucas, amiga de Elizabeth, quien acepta por razones prácticas y económicas.

Inesperadamente, Bingley abandona Netherfield para regresar a Londres, dejando a Jane desolada. Elizabeth sospecha que Darcy ha influido en esta decisión. Meses después, Elizabeth visita a Charlotte y a su marido en Hunsford, donde coincide con Darcy, quien sorprendentemente le propone matrimonio en un discurso lleno de orgullo, confesando que la ama «a pesar de las objeciones sociales». Indignada, Elizabeth lo rechaza acusándolo de haber arruinado la felicidad de su hermana y de haber maltratado a Wickham.

Darcy responde con una carta donde explica sus acciones: separó a Bingley de Jane porque creía que ella no correspondía sinceramente sus sentimientos, y revela la verdad sobre Wickham, quien intentó seducir a su joven hermana por su fortuna. Esta revelación sacude los prejuicios de Elizabeth, quien comienza a cuestionar sus juicios apresurados.

Meses después, durante un viaje con sus tíos, Elizabeth visita Pemberley, la impresionante propiedad de Darcy, sin saber que él estará allí. Se encuentran de manera inesperada, y Elizabeth observa un cambio significativo en el comportamiento de Darcy, ahora más amable y considerado.

La tranquilidad se rompe cuando Elizabeth recibe la noticia de que su hermana menor, Lydia, ha huido con Wickham. Temiendo un escándalo que arruinaría la reputación de la familia, Elizabeth regresa apresuradamente a casa. Más tarde descubre que fue Darcy quien, en secreto, obligó a Wickham a casarse con Lydia, salvando así el honor de los Bennet.

Bingley regresa a Netherfield y retoma su relación con Jane, culminando en una propuesta de matrimonio. Por su parte, Lady Catherine de Bourgh, la arrogante tía de Darcy, visita a los Bennet para exigir que Elizabeth prometa no casarse con su sobrino. Elizabeth se niega firmemente, y esta muestra de carácter impulsa a Darcy a renovar su propuesta, que Elizabeth ahora acepta con alegría, habiendo superado tanto su prejuicio como el orgullo de él.

La novela concluye con un doble matrimonio: Jane con Bingley y Elizabeth con Darcy, demostrando que el verdadero amor puede superar las barreras sociales, el orgullo y los prejuicios.

Análisis

de Orgullo y Prejuicio Orgullo y Prejuicio no es sólo una historia de amor, sino un agudo retrato de la sociedad inglesa de principios del siglo XIX. A través de su narrativa, Jane Austen explora temas profundos como las relaciones humanas, las convenciones sociales, la independencia femenina y las consecuencias de los juicios apresurados.

La novela constituye una crítica sutil pero contundente al sistema de clases y a las normas matrimoniales de la época, donde las mujeres dependían económicamente del matrimonio para su subsistencia. Sin embargo, a través de personajes como Elizabeth, Austen propone un modelo femenino que valora la inteligencia, la integridad moral y la independencia de pensamiento por encima de las consideraciones económicas.

Personajes principales de Orgullo y Prejuicio

Elizabeth Bennet

Es la protagonista de la novela, la segunda de las cinco hermanas Bennet. Inteligente, vivaz, independiente y con un agudo sentido del humor. Representa un modelo de mujer adelantado a su tiempo, que valora su criterio personal por encima de las convenciones sociales. Su principal defecto es dejarse llevar por primeras impresiones y prejuicios. A lo largo de la novela, aprende a reconocer sus errores de juicio y a valorar las cualidades profundas de las personas más allá de las apariencias.

Fitzwilliam Darcy

Protagonista masculino, dueño de Pemberley y poseedor de una gran fortuna. Inicialmente percibido como orgulloso, arrogante y antipático. Su comportamiento distante esconde a un hombre honesto, leal y profundamente sensible. Su evolución muestra cómo logra superar su orgullo de clase para reconocer sus sentimientos genuinos. A pesar de su aparente frialdad, realiza actos de gran generosidad que revelan su verdadero carácter.

Jane Bennet

La mayor y más hermosa de las hermanas Bennet. Dulce, amable, reservada y siempre dispuesta a ver lo mejor en los demás. Su bondad a veces es interpretada erróneamente como indiferencia. Representa el modelo tradicional de feminidad de la época: gentil, modesta y siempre correcta. Su relación con Bingley muestra un amor basado en la compatibilidad de caracteres y el afecto sincero.

Charles Bingley

Mejor amigo de Darcy y dueño de Netherfield Park. Joven rico, amable y sociable, aunque fácilmente influenciable. Se enamora instantáneamente de Jane, pero es persuadido por Darcy de abandonarla. Regresa para redimirse y demostrar la sinceridad de sus sentimientos. Su carácter contrasta con el de Darcy, mostrando una apertura social y calidez que su amigo inicialmente carece.

Personajes secundarios de Orgullo y Prejuicio

Sr. y Sra. Bennet

El Sr. Bennet es inteligente y sarcástico, pero negligente en su papel de padre. La Sra. Bennet es nerviosa, vulgar y obsesionada con casar a sus hijas. Su matrimonio desigual sirve como contrapunto a las relaciones basadas en el amor y el respeto mutuo que buscan sus hijas.

Mary, Kitty y Lydia Bennet Mary:

la hermana mediana, estudiosa pero pedante y sin gracia social. Kitty: influenciable y seguidora de Lydia. Lydia: la menor, impulsiva, inmadura y coqueta, cuya fuga con Wickham casi arruina a la familia.

George Wickham

Antagonista principal, aparentemente encantador pero en realidad manipulador y oportunista. Su falsa versión sobre Darcy refuerza los prejuicios de Elizabeth. Su fuga con Lydia revela su verdadera naturaleza inmoral.

Charlotte Lucas

Amiga de Elizabeth, representa el pragmatismo. Se casa con Collins por conveniencia, aceptando una vida sin amor romántico a cambio de seguridad. Su decisión contrasta con la búsqueda de amor verdadero de Elizabeth.

Sr. Collins

Primo de las Bennet y heredero de Longbourn. Ridículamente pomposo, servil con sus superiores y condescendiente con los demás. Su propuesta a Elizabeth y posterior matrimonio con Charlotte reflejan las alianzas matrimoniales por conveniencia.

Lady Catherine de Bourgh

Tía de Darcy, aristócrata arrogante y autoritaria. Su intento de impedir el matrimonio entre Darcy y Elizabeth representa la rigidez de las jerarquías sociales. Su confrontación con Elizabeth destaca el valor del mérito personal frente al linaje.

Los Gardiner

Tíos de las hermanas Bennet, comerciantes respetables. Representan la nueva burguesía: educados, sensatos y amables. Su presencia desmiente los prejuicios sobre la inferioridad de las personas no aristocráticas.

Caroline Bingley

Hermana de Charles, snob y calculadora. Intenta constantemente impresionar a Darcy mientras menosprecia a Elizabeth. Representa la ambición social y la superficialidad.

Temas principales en Orgullo y Prejuicio

El matrimonio: Austen presenta diversos matrimonios (los Bennet, Charlotte y Collins, Lydia y Wickham) para contrastarlos con los ideales representados por Elizabeth-Darcy y Jane-Bingley, basados en el respeto y el amor.

Clase social: La novela examina las tensiones entre la aristocracia terrateniente (Darcy), la nueva riqueza comercial (Bingley) y la pequeña nobleza rural (los Bennet).

Juicios precipitados: El título mismo alude a los peligros de juzgar a las personas por las primeras impresiones, como hace Elizabeth con Darcy y Wickham.

Educación femenina: A través de personajes como Elizabeth, Mary y Lydia, Austen reflexiona sobre los diferentes tipos de educación femenina y sus consecuencias.

Reputación y honor: La fuga de Lydia muestra cómo el comportamiento individual podía afectar a toda una familia en la sociedad de la época.

Frases célebres de Orgullo y Prejuicio

Estas son algunas de las frases más memorables del libro, que resumen sus enseñanzas:

  • «Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.»
  • «Estoy demasiado orgullosa para seguir siendo rechazada.»
  • «No hay nada que me guste más que reírme. Por tanto, nunca me burlo de los demás.»
  • «Piense sólo en el pasado en la medida que su recuerdo le dé placer.»
  • «Somos cada uno de nosotros tan vanidosos, que siempre vemos algo que nos halaga en aquellos que nos alaban.»
  • «Por mi honor, no creo haber sido nunca consciente de ello. Si he actuado así, te aseguro que fue inconscientemente.»
  • «¿No es agradable comprobar que los amigos que habíamos creído sensatos puedan resultarnos tan ridículos como cualquier otro?»
  • «Una de las primeras virtudes del carácter es saber mantener la lengua, y esa es una virtud que prefiero ejercitar.»

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